viernes, 21 de noviembre de 2008

LA CASA DE LA JUSTICIA

Viernes 21 de noviembre de 2008
En guillermodonari.blogspot.com

Este sàbado 22 de Noviembre a partir de las 19 horas y partiendo de la placita “Malvinas Argentinas”, los trabajadores del frigorìfico han convocado a una marcha que recorrerà buena parte del centro treslomense, pasarà luego por la Municipalidad, la Iglesia y finalizarà en la sede del descuidado Sindicato de la Carne.

La marcha se convoca para cobrar los salarios adeudados por parte de la patronal, para que se respeten los derechos de los trabajadores y con el objetivo de mantener la continuidad de la fuente laboral, proponiendose desde los panfletos, afiches, pancartas y pasacalles una frase orientadora de la movilización : “Por un frigorìfico en manos de los trabajadores”.

La presencia dìas atràs de dirigentes Bahienses, pertenecientes a otro frigorìfico que sufrìo las mismas consecuencias que el nuestro y que ahora funciona perfectamente en manos de los obreros, fue contundente en el estado de ànimo de los trabajadores locales.

No obstante, el camino es largo y seràn los trabajadores los que tendràn que poner “toda la carne a la parrilla” para encontrar un camino alternativo al historicamente fracasado seguido desde siempre: patronales que abren y al tiempo cierran, “dejando el tendal” de familias sufrientes.

Un grupo de trabajadoras del SENASA local (Servicio Nacional de Sanidad Animal) fueron quienes tuvieron la iniciativa de generar una cadena solidaria, solicitando alimentos para los obreros que han dejado de cobrar sus quincenas. Estas trabajadoras, que aùn cobran su salario, solidariamente se han puesto “en lugar del otro” y generaron una excelente respuesta. Tal es asì que los 5.000 kilos de mercaderìas ofrecidos por el municipio, aparecen posteriormente a esta “movida” que ya habìa logrado impactar positivamente en toda la comunidad treslomense. De cualquier manera, bienvenidos.

Por su parte, el aporte de los estudiantes universitarios desde La Plata, Buenos Aires y Bahìa Blanca, coincidiò en una propuesta superadora, respecto a que hacer con la planta y todos ellos, sin ingenuidad, pero con idealismo militante, propusieron el sistema cooperativo para garantizar la estabilidad de la empresa en el tiempo. Sonaron frescos, lùcidos y comprometidos. Ahora serà el tiempo de la experiencia concreta, con obreros concretos y contradicciones concretas, pero que dejaràn en los chicos, sea cual sea el desenlace de la cuestión, el sabor consistente, de aquel que lo intentò. Una de esas enseñanzas, sin duda, serà la que muestra que se puede acompañar, incentivar y promover, pero jamàs reemplazar el verdadero deseo y organizaciòn de los trabajadores. Ojalà la voluntad de todos los actores de este conflicto, pueda confluir en una conciencia crìtica que permita dar los pasos hacia una experiencia autogestionaria de la empresa.

Volviendo a la marcha, los trabajadores desean que toda la comunidad participe, que sientan al frigorìfico como una empresa que dinamiza la economía local (un càlculo ligero indica que entre $200.000 y $230.000 serìan los que el comercio de Tres Lomas dejarìa de percibir mensualmente en caso de cierre definitivo).

La marcha tendrà sin dudas muchos adherentes, pero los trabajadores deberàn cuidarla, para que no sea bastardeada, ni manipulada. Serà sin dudas una MARCHA POLITICA, porque la demanda mostrarà un fuerte posicionamiento de los organizadores, pero no debe ser una MARCHA PARTIDARIA. Cualquier protagonismo desmedido de parte de alguien que no sean los propios trabajadores, restarà en lugar de sumar. Cualquier encabezamiento de marcha, que no tenga a los obreros, como bandera , dividirà en lugar de multiplicar .

Y finalmente, cualquier discurso que se pronuncie, que no tenga como ùnicos destinatarios a los trabajadores en vìas de organización, sonarà a oportunismo…y eso serìa muy malo.

Por ùltimo, la solidaridad de Tres Lomas quedò demostrada con los alimentos recolectados, tanto desde la sociedad civil, como desde el estado municipal, pero lo que realmente està en juego en este caso, no es solo SOLIDARIDAD, sino JUSTICIA SOCIAL.

Es decir, la apertura misma de la planta, para que sean los trabajadores, los que ganen su salario y dignifiquen desde ese lugar su vida cotidiana. A veces, la solidaridad no alcanza, o simplemente, se parece a una “frazada de apuro”, en una larga noche de invierno, donde lo que hace falta es construir entre todos “la casa de la justicia”.

Allì hay que estar. Allì estaremos

GUILLERMO DONARI

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